Pero el escaso número de boxes en
Monterrico y las pruebas de eliminación en el coloso limeño, alimentaron la
población equina en nuestra ciudad, resolviendo el problema de escaso número de
inscritos; pero no se pudo mejorar el bajo volumen de juego y las autoridades
del JCA, optaron por las paralizaciones a partir del mes de mayo, con dos por
mes; hasta concluir diciembre con tres semanas sin carreras.
Históricamente sabemos que
siempre el juego en Arequipa no ha sido suficiente para cubrir los costos de
apertura del Hipódromo, teniendo desde de la inauguración del Hipódromo de
Porongoche, la ayuda del Jockey Club del Perú, materializada en el pago de
premios.
Pero la institución capitalina,
cuyo nombre correcto debe ser Jockey Club de Lima, dejó de brindarnos su apoyo
desde hace algún tiempo con esta subvención y la crisis fue cada vez mayor a
tal punto de sufrir una deuda incontenible y con grave peligro de perder el
patrimonio.
Vino del cielo Signature y nos
salvó de la crisis, no supimos conservar la gallina de los huevos de oro, se
gastó desmesuradamente sin control ni responsabilidad, se alejó la empresa en
referencia y volvimos al peligro de paralizar definitivamente las carreras, por
culpa –aunque se enojen los directivos- de un mal manejo del club.
La construcción del nuevo recinto
deportivo en el distrito de Cerro Colorado, incluía un centro de esparcimiento,
lo que animó a varias personas a hacerse
socios y a los que se alejaron volver nuevamente al Círculo, pensando que el
Jockey Club de Arequipa podría ser otro centro con comodidades como el
Internacional; pero apenas se logró construir el Hipódromo, con ciertas
carencias, como cabinas de locución, recinto para los comisarios y el necesario
ascensor, por citar algunas de ellas.
Solo nos queda una salida y es el
juego de Arequipa a nivel nacional, con imágenes del mismo y pienso que es una
irresponsabilidad no llevar a cabo esta tarea cuando los pormenores ya están
dados. Alargar la puesta en marcha de esta salida, es permitir que el enfermo
cada vez se agrave más.
Lastimosamente los directivos
limeños no quieren darnos su ayuda en programar un día adecuado para el
desarrollo de nuestras carreras, optando para que sea el día miércoles, que para
nadie es un secreto es una fecha muerta para todo negocio. Pero si no queda
otra salida habrá que probar, ya que seguir como estamos es ir poco a poco al
precipicio.
Es cierto; existe la posibilidad
que sea un día viernes en horas de la mañana, ojala ello suceda, pero la
decisión se tiene que tomar cuanto antes y no ir por lo más fácil, que es la
paralización de nuestras carreras de caballos por tres meses, que al final de
cuentas castigaría a un buen número de familias, que viven de este deporte.
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