Parece mentira que no obstante
haber corrido hasta los 12 años,
algunos aficionados creían que era hembra, debido a su nombre que a primera
vista parece femenino.
Pero el castaño Uchusuma, cuya designación es rara más
aún si no se conoce muy bien la geografía e hidrografía del Perú, proviene de un río situado en el
Departamento de Tacna.
Este noble y aguerrido pura
sangre se despidió de las pistas hace 15 días, luego de tomar parte en una carrera
de eliminación en el Hipódromo de Monterrico. La edad y sus dolencias no le
daban para más y tuvo que ser inscrito en una prueba, donde normalmente toman
parte, cojos, mancos y tuertos; aunque algunos de ellos lo siguen haciendo a
futuro, en el hipódromo arequipeño, cuyo clima y sabiduría de sus entrenadores,
los vuelven a la pista.
Pero con doce años a cuestas, era
para pedirle demasiado; mas aún, si el ejemplar había regresado a la ciudad
Blanca en dos ocasiones, luego de alternar en el Hipódromo de Monterrico y el
de Porongoche.
Solo cuatro carreras, corrió a
los tres años en el coloso de Surco, ganando dos de ellas; pero una grave
lesión en sus manos hizo que sea prácticamente desahuciado para las pistas.
Como buen hijo del crack Barclay y de la yegua Tía Gilma, por tanto descendiente
paterno del Gran Ribot, fue
adquirido por un propietario arequipeño y llevado a correr al Hipódromo de Porongoche en Arequipa.
A su cargo estuvo el preparador Carlos Cárigga, entrenador también de
Barclay, quien hizo el milagro de devolverlo a la pista luego de una paciente y
esmerada cura como pocos entrenadores saben hacerlo.
En el centro hípico del sur del
país, hizo su debut el 23 de abril del
2004, en una carrera para productos de 3 años, logrando el triunfo sobre
Tiki Sweet y Desfachatada.
De allí el potro que nació en el
Haras Los Naranjos, empezó su exitosa campaña tanto en Arequipa como en Lima,
obteniendo un total de 35 victorias
en 192 presentaciones. El castaño
que defendía los colores del stud Estelita,
ganó 24 veces en Monterrico, luego de 145 salidas; siendo su entrenador luego
de los tres años Gonzalo Cueva.
Si bien es cierto y debido a sus
dolencias en el Hipódromo limeño solo corrió en 1000 metros; en
Porongoche lo hizo en mayores distancias, ganando en las mismas, como lo hizo
en su debut.
En Arequipa fue inscrito 47
veces y sus victorias llegaron a 11,
haciendo gala siempre, de grandes velocidades.
Esta es la historia de un noble
caballo, querido por sus
propietarios y por muchos aficionados, los cuales le tenían confianza cuando
era inscrito en el kilómetro, donde lucía sus colores en punta, derrochando clase y peleando
como los buenos, tal cual lo hizo en su despedida,
al llegar segundo de Vamos Viejo en
la prueba, donde le dijo adiós a las pistas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario