La Junta de Comisarios del
Hipódromo de Monterrico, luego de analizar los videos cuidadosamente y realizar
las investigaciones pertinentes, acordó el día de hoy, elevar la suspensión
impuesta al jinete Carlos Trujillo de seis
a doce semanas, por los contratiempos ocasionados con la yegua Naziria, en
la décimo primera carrera del domingo 27 de enero, ocasionando estorbos a Truly
Tours y la caía del aprendiz Luís Reyes de la silla de Sunset Boulevard.
Tres meses de castigo es
realmente una sanción drástica; pero es la única manera de evitar este tipo de
actuaciones, que si no se pone coto a tiempo, en cualquier momento podríamos
lamentar un accidente grave que cause la muerte de un profesional de la fusta.
La caída de Reyes fue aparatosa y
felizmente solo sufrió duros golpes, pero no esperemos que suceda lo peor.
Carlos Trujillo es un látigo de
mucha experiencia, creo que el mejor en el coloso de Surco y su actuación en
cada semana, debe servir como ejemplo para los jóvenes aprendices, pero no de
la manera como lo hizo la semana pasada; es cierto, sus deseos de ganar una
carrera son enormes, pero a veces es mejor perderla, a que un compañero de
profesión pierda la vida.
También es cierto que muchas
veces existen ejemplares que son de difícil dominio y pueden cargarse hacia la
baranda interna o tirar hacia fuera sin que el jockey pueda dominarlos; pero en
este caso, Naziria no es un buen ejemplo, la yegua se cargó por el castigo que
sufría por parte de Trujillo con la mano derecha y el profesional nunca hizo
nada por enmendar a su conducida, que ingresó por quinta línea y finalmente
quedó pegada a las tablas.
Lo lamento por este buen jinete,
pero el espectáculo hípico es sinónimo de expectativa, emoción y un relajo para
quienes gustamos del bello deporte de las carreras de caballos, pero baja el
interés de los aficionados que gustamos
de este pasatiempo, cuando suceden maniobras ajenas al mismo.
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