Ya es una tónica la
paralización de las carreras cada 15 días en el Hipódromo
Arequipa, sumido en una crisis de falta de caballada, escasez de
jinetes, desinterés de los propietarios locales en adquirir nuevos
ejemplares, se empezó con el retraso en el pago de premios y un
clima de incertidumbre que el actual directorio no hace nada por
despejar.
Si no hay continuidad en
el desarrollo semanal de las carreras es obvio que nadie querrá
comprar un caballo para verlo correr cada 15 días, pensando incluso
que en algún momento se cierre el “flamante hipódromo”.
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