31 de diciembre de 2010

EUGENIO QUISPE

El sábado 25 de diciembre, el jinete Eugenio Quispe, se dio el mejor regalo que un jockey puede tener en su carrera, al ganar por primera vez en su historial de 34 años como profesional de la fusta, el Gran Derby del Sur del Perú.
Personalmente no me cabe duda, que este látigo ha sido y es, uno de los mejores jinetes que ha actuado en Arequipa y si no tuvo el despegue y consagración en su difícil profesión, únicamente él tuvo la culpa, por su carácter, falta de sencillez  y disciplina, argumentos indispensables para un jinete de primera.
Debutó en el Hipódromo de Porongoche el año 1976, pero fue el 16 de julio de 1978, cuando logro el ansiado doctorado. Fue en la silla del castaño Cayo Graco (Viareggio-Tolentina), defensor del stud Roma y preparado por JulioRojas. Derrotó en una condicional para 3 años a Redolino, Drilala, Polombara etc.
Tuvieron que pasar más de 30 años para poder ganar su primer Derby, algo que en el 2010, daba la impresión que tampoco lo lograría, en vista del drástico castigo del cual fue objeto; pero gracias a la marcha atrás dada por el Directorio, quedó habilitado y su sueño se hizo realidad en la silla del potrillo Sabio Solterón (Chepeconde-Rotenona).
Pero no es la primera vez que sufrió un fuerte castigo en su vida como jinete; recordemos que el 9 de agosto del año 1987, conduciendo a la potranca Laberintosa del stud Piromi, realizó una maniobra temeraria que hizo rodar a La Sissy del stud Los Compadres, cayendo el jinete Noguera y sufriendo un duro golpe en la cabeza.
El castigo cayó por su propio peso y el Directorio al igual que en el 2010, amplió el castigo del Comisariato; a tal punto, que se le quitó la patente en forma indefinida.
Como un hecho histórico es conveniente señalar, que una semana antes Quispe había conducido a La favorita La Sissy, realizando una opaca actuación y su propietario presentó disconformidad. Parece que Quispe no quiso quedar al descubierto por su turbia actuación con la potranca de Los Compadres y decidió recurrir a una maniobra antideportiva, liquidando de arranque a su rival.
Felizmente para el látigo de nuestra nota, un mes después el Directorio del Jockey Club de Arequipa dio amnistía a todos los profesionales, a pedido de los señores Alberto Químper Herrera y Eduardo Muelle Maturana presidentes de la APCCP y ACCCP respectivamente, que arribaron a nuestra ciudad a presenciar, los clásicos programados en honor de ambas instituciones capitalinas.
En su historial como jockey, Eugenio Quispe también ha sufrido varias y duras rodadas, como la que sucedió en diciembre de 1981, cuando cayó de un potrillo muy mañoso como fue Dilatorio (Demorón y Brujerías). Como consecuencia de la caída, perdió el conocimiento y fue llevado al hospital donde le dieron 20 puntos por una herida en la cabeza.
Sus clásicos más importantes antes del Derby, los consiguió en la silla de Graduado (Galop y Libra), cuando en 1981, ganó el clásico Fomento a las Hípicas de Provincias, en el Hipódromo de Monterrico; pero su consagración llegó con los triunfos de Aniff  (Bonn y Poseída) en 1985; con la cual ganó por partida doble  el Provincias y el Fomento.
Luego de correr el Interprovincial del 85, el maestro Robalca señaló lo siguiente “Es un jinete de primera línea con un estilo depurado mucho criterio para plantear el desarrollo de una carrera, físico y fuerza para exigir y demandar, olfato para acomodar a su conducido, inteligencia para definir en el momento oportuno, osadía para buscar el claro y pasar con decisión y serenidad para dosificar la energía del equino”.
Todos estos argumentos hicieron que se quedara a seguir su carrera en el Hipódromo de Monterrico; pero le faltó sencillez, modestia, para triunfar en un medio con mucha competencia y pronto regresó a la ciudad blanca donde se quedó hasta la fecha.
Actualmente cuenta con más de 50 años y a esta edad, sigue siendo el mejor látigo del Hipódromo arequipeño, pero el popular “angelito”, o “eléctrico” como algunos lo llaman, si bien es cierto no ha perdido su calidad como jinete, tampoco ha perdido sus mañas y deseos de hacer a veces, justicia por sus propios medios, sin importar las consecuencias, que pueden derivar de las mismas.

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