Era la primera vez que corría en el óvalo verde y aprobó en examen con nota sobresaliente, al ganar el clásico “Gran Premio Nacional Augusto B. Leguía”, derrotando por algo más de un cuerpo a Private Affair, Blue Boy y Florista que completó el marcador.
Fue un punta a punta inapelable el realizado por el hijo de Quintillón, que tuvo como rivales al inicio a Mago Feliz y luego Mar de Copas, pero en la recta del frente su jinete pudo escaparse hasta seis largos que al final fueron muy difíciles de descontar por Private Affair y Blue Boy.
A 200 del disco Chispeao apareció con posibilidades, pero se cargó hacia adentro y encontró en su camino a Mago Feliz, se enredó en sus posteriores e hizo caer a su jinete Berríos.
Víctor Fernández, jinete de Mago Feliz se dio cuenta del contratiempo y me dio la impresión que dejó de exigir, para ser finalmente octavo a más de seis cuerpos.
Infiernillo demostró que corre muy bien en pasto y que es un ejemplar al cual no se le puede dar ningún tipo de ventaja ni facilidades; esta vez sus rivales se confiaron, creyendo que se pararía, pero no fue así y finalmente los ganó por velocidades.
El tiempo marcado solo regular 2´41”2 muy lejano al récord de 2´37”3, que mantiene Laredo desde el año 1993.
Infiernillo es un hijo de Quintillón y Branch, nació en el Haras Alydar, defiende al stud Porongoche de Julio Bustamante, lo prepara Juan Suárez y en su silla estuvo brillante, Carlos Javier Herrera.
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